En ocasiones recuerdo lo sola que me sentía al salir de la escuela y llegar al camión; el trayecto y la misma música de todos los días en mis oídos. Observar los camios climáticos y cómo el sol creaba sombras diferentes en el asfalta día con día. Llegar a la casa y caer rendida en la cama apenas quitándome una que otra prenda de vestir...
Despertar y darme cuenta de que todos ya están dormido y no había con quien platicar de mi día anterior. Cenar sola y sin ningún ruido más que el sonido de mi cuchara en el plato recién calentado.
Prender la computadora y esperar encontrar nuevas notificaciones de alguien querido, un mensaje, un recado...algo. Y no encontrar nada.
Darme cuenta de que tenía tanto tiempo libre en las noches que para lo único que podía utilizarlo era para perderme en el humo y el sabor de un café caliente con dos de azúcar y tres de crema.
Bañarme respirando el vapor fresco, sintiendo y experimentando cada partícula en mis pulmones. Tanto, que me sentía reventar de alegría. El roce de la cobijas y las dimensiones que se transmitían en mi cabeza, los minutos hechos horas y el amanecer tan tardío como siempre. Todo para que al terminar el efecto me diera cuenta que para lo único que había servido esto, fue para matar estupidamente el tiempo en un vicio.
Llegar a la escuela para apenas cruzar unas cuantas palabras con mis compañeros y pensar que sería muy posible una dada de baja definitivamente.
Salir
Entrar
Salir
Entrar
Llorar
Llorar
Quebrarme todos los días por la noche y pensar lo estúpido que era todo.
Pasarme en la casa encerrada por un mes entero...no arreglarme, no bañarme, no comer, no dormir, no hablar con nadie y sentirme cada vez más y más y más seca.
"Pero, ¿Qué te hizo darte cuenta de que estabas mal y decir ya no más?"
Te diré qué fue lo que me hizo darme cuenta de que ya estaba mal:
-Darme cuenta de que mi salud estaba cada vez más jodida. Darme cuenta de que batalla hasta para hacer una simple suma. Sentirme inútil mentalmente. Eso fue lo que me hizo darme cuenta de que realmente ya no estaba bien y que lo único que me quedaba era tratar de reponer el daño que había hecho a mi misma.-
-¿Quieres que vaya a tu casa-
-Si quieres, vemos la película del Rey León-
-Si, al ratito llego a tu casa-
-Bueno ya me voy-
-¿Tan rápido?-
-Pues no estamos haciendo nada...-
-Bueno, nos vemos en la escuela entonces-
-Si ya que entremos. Ya deja esa madre Itzia, ya no está bien eso-
-Ya sé...-
-Yo no vuelvo a pararme en ese café-
-¿En dónde queda?-
-En Playas-
-¿Y por qué ya no vas a volver a ir ahí?, ¿Pues qué hiciste?-
-Llegué bien mal a ese lugar y todo mundo se me quedaba viendo. Lo peor fue cuando miraba a la gente y como sus caras se deformaban y sus mandíbulas se abrían hasta el piso. ¡Y el frio! Fue horrible-
Despertar y darme cuenta de que todos ya están dormido y no había con quien platicar de mi día anterior. Cenar sola y sin ningún ruido más que el sonido de mi cuchara en el plato recién calentado.
Prender la computadora y esperar encontrar nuevas notificaciones de alguien querido, un mensaje, un recado...algo. Y no encontrar nada.
Darme cuenta de que tenía tanto tiempo libre en las noches que para lo único que podía utilizarlo era para perderme en el humo y el sabor de un café caliente con dos de azúcar y tres de crema.
Bañarme respirando el vapor fresco, sintiendo y experimentando cada partícula en mis pulmones. Tanto, que me sentía reventar de alegría. El roce de la cobijas y las dimensiones que se transmitían en mi cabeza, los minutos hechos horas y el amanecer tan tardío como siempre. Todo para que al terminar el efecto me diera cuenta que para lo único que había servido esto, fue para matar estupidamente el tiempo en un vicio.
Llegar a la escuela para apenas cruzar unas cuantas palabras con mis compañeros y pensar que sería muy posible una dada de baja definitivamente.
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Llorar
Quebrarme todos los días por la noche y pensar lo estúpido que era todo.
Pasarme en la casa encerrada por un mes entero...no arreglarme, no bañarme, no comer, no dormir, no hablar con nadie y sentirme cada vez más y más y más seca.
"Pero, ¿Qué te hizo darte cuenta de que estabas mal y decir ya no más?"
Te diré qué fue lo que me hizo darme cuenta de que ya estaba mal:
-Darme cuenta de que mi salud estaba cada vez más jodida. Darme cuenta de que batalla hasta para hacer una simple suma. Sentirme inútil mentalmente. Eso fue lo que me hizo darme cuenta de que realmente ya no estaba bien y que lo único que me quedaba era tratar de reponer el daño que había hecho a mi misma.-
-¿Quieres que vaya a tu casa-
-Si quieres, vemos la película del Rey León-
-Si, al ratito llego a tu casa-
-Bueno ya me voy-
-¿Tan rápido?-
-Pues no estamos haciendo nada...-
-Bueno, nos vemos en la escuela entonces-
-Si ya que entremos. Ya deja esa madre Itzia, ya no está bien eso-
-Ya sé...-
-Yo no vuelvo a pararme en ese café-
-¿En dónde queda?-
-En Playas-
-¿Y por qué ya no vas a volver a ir ahí?, ¿Pues qué hiciste?-
-Llegué bien mal a ese lugar y todo mundo se me quedaba viendo. Lo peor fue cuando miraba a la gente y como sus caras se deformaban y sus mandíbulas se abrían hasta el piso. ¡Y el frio! Fue horrible-
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