-Ya te puedes ir-
Se lo dijo como quien piensa que ya no es indispensable, como si su contribución al problema hubiera sido insignificante, solo una barrera para lo que "por derecho" se merece.
-Mamá ¿Quieres jugar conmigo?-
-Si mi amor, pero estoy muy cansada y no sé porqué-
Ella realmente se lo preguntaba, no porque no hubiera una razón suficiente, sino porque todo el tiempo fue educada para continuar y pocas veces detenerse a reflexionar si lo que estaba haciendo no estaba siendo momento de considerarlo excesivo.
Cerro los ojos y tristemente pensó:
(Me he ido desde hace mucho tiempo, solo que aun no te has dado cuenta)
Escribió lo sucedido con lagrimas en los ojos, aún sin entender porqué aún le lloraba. Dio un trago a su ahora helado café, se limpio las lagrimas y continuó estudiando, con la esperanza puesta en ese examen.
Lo lograrás, se que si.
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