Ir al contenido principal

Mari

Inicias tus días pensando en los golpes que tu madre te dará cuando se entere que no hiciste bien las tablas de multiplicar. Comienza entonces por tu cuerpo aquella sensación de agonía, desesperación, angustia y ansiedad. No sabes si esas ganas de llorar son anormales o ya son solamente una rutina de todos los días después de recibir aquellos brutales golpes en tus piernas, tus brazos y la cara.

Sabes que al salir de casa y mirar a la cara a tus amigos se darán cuenta de la tunda que acabas de recibir. Pero te resignas vilmente a solo cerrar los ojos y pedir a Dios que algún día los golpes acaben.

Pasaran los años y muchas caricias, sonrisas y besos pasaran por tu frágil cuerpo, solo que ningún hombre te bastará entonces para hacerte sentir mujer. Uno tras otro hasta que llegó él.

Crearás en tu mente la idea de haber encontrado la salida al martirio de cada día en tu casa, tal vez el escape a la felicidad que tanto ansías y que realmente mereces, pero que a pesar de tus ganas de vivir y esas ilusiones tan grandes que has creado en tu mundo, en realidad se convierten en tu primer infierno.

Él te golpea más y más cada día, pero ¿Qué culpa tiene la criatura en tu vientre? ¿Tendrás entonces que buscar una salida al infierno donde tu misma decidiste entrar? Pero cada día es peor e incluso él intenta con sumo interés en que pierdas a la criatura golpeando tu vientre a patadas, a puño cerrado ¿Estarás con él de todas formas?

Sabiendo entonces que ya era demasiado y que tu criatura merece un mejor futuro, decides salir de tu primer infierno. Sales de la casa de tu primer pareja y regresas con tu madre, la cual ademas de reprocharte el haberte escapado de casa con un desgraciado, te vuelve a humillar diciendo en cara la poca experiencia en saber elegir a tus parejas.

Pasará el tiempo, tal vez unos meses, tal vez unos años hasta que llegue el hermano de Pedro, aquel exnovio que tuviste durante tu adolescencia que termino suicidandose porque no quisiste que te acompañara en tu viaje hacia Acapulco.

Aquella relación corta y de buen caracter amoroso, la cual tuvo que terminar de una manera tan trágica. Pero ¿Qué pasa? su hermano se interesa en ti. Tal vez pensarás dos veces la situación y recordarás la antigua relación con Pedro, pero tienes una hija, la cual crees merece un buen padre. Es entonces cuando decides juntarte con tu segundo y peor infierno.

En esta ocasión, necesitaras dos hospitalizaciones de urgencia, todo esto a raíz de los tremendos golpes que te daba este desgraciado. Tendrás a tu segunda niña, la cual es quitada de tus brazos a los pocos tres años de edad, siendo robada por su mismo padre para ser entregada a un matrimonio, en donde lo único que hacían con tu niña era darle comida echada a perder y cortarle su hermosa cabellera que con tanto amor habías cepillado hacia apenas un mes atras, antes de que tu segundo infierno la robara de tus brazos.

Juntas dinero, te endeudas con medio mundo y sales con tu primer criatura en busca de tu niña extraviada. ¿La encontraras? Si, pero esa ya no es tu hija. Ya no es la misma niña de ojos cristalinos y risa angelical de la mañana. No. Esa niña de mirada triste y de aspecto desnutrido no puede ser tu niña de buena coloración y de alegría deslumbrante.

Ni la violación que recibiste anteriormente, ni el robo de tu hija, ni los golpes te hacen ver el tipo de persona que es tu segundo infierno y vuelves a juntarte, solo para darte cuenta que ya no vale la pena vivir y es entonces cuando realizas tu primer intento de suicidio. ¿Qué pensaste mientras el efecto de las pastillas recorrían tu cuerpo?

Afortunadamente las pastillas no llegaron a su cometido y en realidad lo único que hicieron fue el darte cuenta que en realidad puedes salir adelante por ti misma y que tus hijas podían tener un mejor futuro estando las tres juntas.

Después de que escaparas de aquel segundo infierno, saldrás a las calles sin ningún recurso monetario. Pedirás limosna por varios meses y rogaras a Dios poder aunque sea juntar para la comida de las niñas. Afortunadamente encuentras personas buenas que te ayudan a superarte, entregandote un techo en donde dormir y así poder trabajar para que tus hijas continúen con la escuela.

Pasarán algunos años y después de muchas guerras perdidas, te reencontraras con aquella persona. Aquel a quien habías rechazado durante tu adolescencia, sabiendo que él tenía un interés en ti. Te darás cuenta de que sigue siendo el mismo joven alegre y de buen parecer, que a pesar de los años aun sigue interesado en tu persona, es entonces cuando decides vivir con él y tener una vida feliz.

Tendrás dos hijos más. Dos varones, producto del amor que empezaste a tener por esta persona.

El problema entonces fue cuando perdió el trabajo. Ya no había comida en casa, ya no había útiles escolares para los niños, ni tampoco había dinero para pagar los gastos de la casa, pero no fuera la adicción al alcohol de tu esposo, porque para eso si había dinero, dejando entonces de largo toda necesidad fisiológica y amorosa.

Para todo faltaba el dinero, menos para su vicio, siendo los problemas y los reclamos cada día más y más, llegando al punto en el cual él mejor se fue de la casa, dejandote entonces con cuatro hijos que mantener.

¿Qué importa si no lo tienes? Sabes que puedes salir por ti sola, sacando adelante a tus hijas y tus hijos en sus estudios y sus necesidades fisiológicas. Cumpliendo el papel de Padre y Madre al mismo tiempo, sirviendo como ejemplo a seguir y dejando entonces bien en claro que vales más por ti misma que estando atenida a una persona.

Si. Has sufrido tanto, has dejado de largo tantas horas de sueño y has sacrificado tanta atención hacia ti misma, que es por eso que actualmente te encuentras internada en un hospital mental, en el cual eres diagnosticada de depresión grave y agorafobia.

¿Valió la pena?
¿Saldrás adelante?
Si. Yo sé que si. Siempre lo has hecho, tal vez a tu manera, pero sé que lo harás.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Total y rotundamente enamorada de ti.

Nos complementamos mi amor.  Somos uno solo.  Soy tuya y tu eres enteramente mío.  El orden de los factores no alterará el producto, esto ya me quedó totalmente claro.  Viviremos lo que tenga que pasar, sea bueno, malo, difícil, motivante... Pasa el tiempo y lo único que debemos hacer es maravillarnos de lo bien que la hemos pasado.  Te amo Javier. 

No pues si...

-Yo quiero hacer mi internado en el Hospital General, un lugar donde me negreen y me traten como basura- -¿Enserio?, ¿Y para qué quieres eso?- -Porque no quiero olvidar lo que estudio durante la carrera- -Pues yo no soy de esa idea. Yo cuando hice mi internado nunca hice ni una sola guardia, tenia mis fines de semana libres, trabajaba de lunes a viernes todo el día y tenía mucho tiempo para estudiar- -¡¡¿NUNCA HIZO GUARDIA?!!?- -No, todo mi internado me la pasé bien agusto. Ya para cuando entras a la residencia pues ahí si está difícil, porque tienes que aprender todo, literalmente TODO- -Que bien... pero ¿Dónde hizo su internado?- -En España- ... -Orale... -