Primero que nada y antes que cualquier cosa:
Desearía no tener que reclamar absolutamente nada.
Realmente desearía sentir en mí ser aunque sea un poco de esa culpa con la que
anteriormente andaba por el mundo, creyéndome culpable y responsable de mis
actos, pero si miro la situación desde un punto externo, me doy cuenta de que
en más de un 50% tú eres también culpable.
Es cierto, no hay una escuela de padres. Nadie sabe
realmente como criar un hijo e incluso hasta tú lo has dicho “Los peores críticos
de un padre son los hijos”
Quise no creerlo e intentar ser diferente, intentar no
reprochar tus errores y dar por pasado los acontecimientos, pero no puedo más.
¿Dónde estabas tú, cuando sucedió todo esto?
No fueron una, no fueron dos, fueron cinco veces. ¿Dónde demonios
estabas?
Más bien… ¿Dónde maldita sea estaban los dos?
“¿Por qué nunca escribes el nombre de él?”
“Porque es más fácil encontrarla a ella. Él nunca está”
“Tu como niña, ¿Qué esperabas que ellos hicieran?”
“Algo, lo que sea que yo viera que me tomaban importancia”
“Y cuando mirabas que no era así ¿Cómo te hacia sentir
eso”?
“Supongo que mal”
“¿Supones? ¿O te hacía sentir mal?”
“Me hacia sentir mal y a diferencia de tener más
confianza en ellos, menos les contaba las cosas. Supongo que es una de las
tantas razones por las cuales no confío en nadie”
“Supones bien. Es por eso que siempre buscabas el cariño
de alguien más, porque en casa no había esa atención y cuando llego el momento
de demostrarlo, no hicieron nada”
Ahora entiendo…
Hasta apenas ahora me voy dando cuenta realmente que era
lo que me jodía en mi cabeza.
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