Cambiaría muchas cosas y me arrepiento de muchas de las estupideces que he llegado a hacer. Pero, no existe un borrador mágico.
-Deberías escribir un libro sobre ti-
-Lo quise hacer, pero creo que no, demasiada tortura tengo con mis recuerdos como para todavía atormentarme más y revivir cada momento-
-Si, pero lo que me acabas de contar fue mejor que ver una película-
-Jaja, es porque mi vida es más que una. Todo me pasa por loca y rara-
-No importa, yo te amo así-
-Y yo a ti-
Falta muy poco, ya solo quedan dos meses y creo empezarme a sentir nerviosa. He visto tantos partos que no creo que se vaya a complicar, pero de igual forma, cambia la situación cuando se trata de una persona que la conoces desde hace 11 años, a la cual has aprendido a amar día con día.
No sé que sea de ellas. Solo fueron una faceta de mi vida.
(Llevo pensando esto desde hace días)
El problema aquí son estas dos cuestiones:
1.- El nivel de endorfinas que secretas mientras has tenido una experiencia placentera y feliz, te hará decir cosas que tal vez en algún otro momento no pensabas comentar.
2.- El bajo nivel de endorfinas que secretes posteriormente, te hará arrepentirte de lo que dijiste mientras su nivel era alto.
Entonces ¿Qué demonios debes de hacer?
La respuesta es:
CONVERTIRTE EN UN ROBOT
-Deja de hablarle a la puerca gorda-
"Deberíamos comer pastel de guayaba mañana, tal vez esta vez no te salga un pedazo de uña o de diente"
-Engordaste más-
(Estúpida.... Aguantate Itzia, NO digas nada)
Sigo pensando que eres una muy mala amiga.
Tantas veces que la criticaste, tantas veces que me dijiste que te caía gorda y ahora resulta, que es tu mejor e inseparable hermana del alma, dejando a un lado la amistad que te ofrecí y que tal vez por error mío se perdió, pero sé que intente nuevamente, una y otra vez tratar de encontentar ese carácter tan difícil que te cargas.
Supongo que no fue suficiente.
Pero ya no importa... Nunca fuiste realmente mi amiga, solo era la persona a la cual le contabas las "aventuras" que tenías con la persona por la cual me dejaste de hablar.
-A mi padre le gusta... Perdón, le gustaba... atender a sus pacientes de una manera muy peculiar-
-¿Saliste a gritar por unos cinco minutos?-
-Si, pero ya, dejame en paz, sino ahorita le miento la madre a esta vieja-
-¡¿Por qué lloras?!-
-¡PORQUE ME DA CORAJE! ¡YA CALLATE!-
Demasiado
Tal vez hasta de más.
-Se me antoja-
-No, no lo hagas-
-Ya sé-
-Deberías escribir un libro sobre ti-
-Lo quise hacer, pero creo que no, demasiada tortura tengo con mis recuerdos como para todavía atormentarme más y revivir cada momento-
-Si, pero lo que me acabas de contar fue mejor que ver una película-
-Jaja, es porque mi vida es más que una. Todo me pasa por loca y rara-
-No importa, yo te amo así-
-Y yo a ti-
Falta muy poco, ya solo quedan dos meses y creo empezarme a sentir nerviosa. He visto tantos partos que no creo que se vaya a complicar, pero de igual forma, cambia la situación cuando se trata de una persona que la conoces desde hace 11 años, a la cual has aprendido a amar día con día.
No sé que sea de ellas. Solo fueron una faceta de mi vida.
(Llevo pensando esto desde hace días)
El problema aquí son estas dos cuestiones:
1.- El nivel de endorfinas que secretas mientras has tenido una experiencia placentera y feliz, te hará decir cosas que tal vez en algún otro momento no pensabas comentar.
2.- El bajo nivel de endorfinas que secretes posteriormente, te hará arrepentirte de lo que dijiste mientras su nivel era alto.
Entonces ¿Qué demonios debes de hacer?
La respuesta es:
CONVERTIRTE EN UN ROBOT
-Deja de hablarle a la puerca gorda-
"Deberíamos comer pastel de guayaba mañana, tal vez esta vez no te salga un pedazo de uña o de diente"
-Engordaste más-
(Estúpida.... Aguantate Itzia, NO digas nada)
Sigo pensando que eres una muy mala amiga.
Tantas veces que la criticaste, tantas veces que me dijiste que te caía gorda y ahora resulta, que es tu mejor e inseparable hermana del alma, dejando a un lado la amistad que te ofrecí y que tal vez por error mío se perdió, pero sé que intente nuevamente, una y otra vez tratar de encontentar ese carácter tan difícil que te cargas.
Supongo que no fue suficiente.
Pero ya no importa... Nunca fuiste realmente mi amiga, solo era la persona a la cual le contabas las "aventuras" que tenías con la persona por la cual me dejaste de hablar.
-A mi padre le gusta... Perdón, le gustaba... atender a sus pacientes de una manera muy peculiar-
-¿Saliste a gritar por unos cinco minutos?-
-Si, pero ya, dejame en paz, sino ahorita le miento la madre a esta vieja-
-¡¿Por qué lloras?!-
-¡PORQUE ME DA CORAJE! ¡YA CALLATE!-
Demasiado
Tal vez hasta de más.
-Se me antoja-
-No, no lo hagas-
-Ya sé-
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