Cuéntame más sobre mi.

"La abuelita Irene era una cabrona.
Hacía siempre lo que se le viniera en gana. Algo más o menos como tú, solo que ella era muy diferente a ti físicamente. Ella era grande, de brazos muy fuertes y de busto muy grande. Cuando llego a la edad de tu abuelita, sus pechos ya habían  perdido firmeza, pero su actitud seguía siendo la misma. Andaba con cuanto se le parara en frente y si se le daba la gana no tenía por qué llegar a la casa. Vivía la misma vida loca que tu estas llevando. Era testaruda, orgullosa y muy grosera. En realidad creo que nunca cuido bien a su única hija. La dejaba a cargo de sus tías mientras ella se iba a vender al mercado... Oh al menos eso era lo que ella intentaba, porque después de un buen rato de estar alegando con las señoras junto a ella, terminaba agarrándose a golpes y jalones de pelo. Obviamente ella siempre ganaba. Su complexión era demasiado robusta y sobrepasaba las fuerzas de cuanta vieja se le opusiera.
Sinceramente he encontrado mucho parecido en tu forma de ser con ella. Tal vez no las mismas acciones, pero la actitud es lo que cuenta y es actitud déspota y tan liberal en la que vives no me parece."

Bien. Si, supongo que soy muy liberal a tus ojos. Pero se te olvida que de la tierra nací, de la tierra viviré y sobre la tierra moriré. Mis raíces no se fomentan en una persona aparentemente ficticia (ya que en realidad nunca la conocí). Al contrario de esto, retomo lo bueno de esta persona que me describes como -Liberal, descontrolada y sin fundamentos- a una persona capaz de decidir libremente el camino que decide vivir.

Lo peor en esta vida es decirme lo que DEBO de hacer. 

Inténtalo y te juro que haré lo contrario.